Jan 29, 2016. | By: José González
Las energías renovables están teniendo una rápida adopción a nivel global, lo que está provocando que su industria esté progresando a gran velocidad. Las innovaciones en el sector solar, eólico, geotermia y biomasa se están traduciendo mejores materiales, mejores productos y una mayor integración de los mismos, redundando en importantes ganancias de eficiencia. Esta innovación está siendo especialmente acentuada en el sector de la energía solar, donde cada uno de sus componentes ha mejorado ostensiblemente su eficiencia al tiempo que ha disminuido su coste en torno al 80% en los últimos cinco años.
Sin embargo, debido a este rápido crecimiento, la industria se tiene que enfrentar a un entorno más complejo para el proceso de la información generada en instalaciones de mayor capacidad, con más activos físicos y con una localización ampliamente distribuida y en áreas remotas.
Con el aumento de la energía generada procedente de fuentes de energías renovables se producirá un incremento en la acumulación de energía. Esto requerirá una mejor gestión de las redes inteligentes y la energía distribuida.
La innovación en sensores y proceso de datos (en definitiva IoT) que se está produciendo incrementará el volumen de datos disponibles y hará necesario su procesamiento en tiempo real. Además, esto se verá acompañado por la descentralización del almacenamiento, proceso y analítica de dichos datos.
Por lo tanto, existe una necesidad latente en la industria energética de ser capaz de recopilar, almacenar, procesar y analizar tan ingente volumen de datos para la toma de decisiones. Esta necesidad se puede observar a gran escala, en la gestión de las redes inteligentes a nivel nacional; pero también se da a pequeña escala, ya que los pequeños autoconsumidores/productores de energía necesitan gestionar mejor su sistema para maximizar su vida útil al tiempo que obtienen el retorno de su inversión lo antes posible.
Cada vez vemos más plataformas que permiten la administración de dispositivos, recolección de datos, almacenamiento, análisis y gestión de aplicaciones.
Sin embargo, es necesaria su aplicación vertical en el sector de las energías renovables, ya que es la mejor manera de poner los datos en su contexto y transmitir conocimientos para un grupo de usuarios únicos específico.
Se presenta como una gran oportunidad para, mediante el software y la tecnología IoT, gestionar el flujo de energía procedente de los sistemas de almacenamiento y de generación distribuida para cumplir con la demanda de la red.
Las posibilidades del IoT en la industria de las energías renovables son muy amplias:
Permitirá gestionar la distribución de energía basado en datos en tiempo real en lugar de datos históricos.
El análisis predictivo de datos alertará a los operadores si un componente requiere ser inspeccionado, revisado o reparado antes antes de que sea demasiado tarde.
La analítica adaptativa permitirá a los sistemas balancear las cargas de energía automáticamente y reducir el estrés en el equipamiento, reduciendo la posibilidad de sobrecarga.
Las estimaciones relacionadas con la producción del sistema permitirá a los distribuidores ofrecer datos a los comercializadores en tiempo real permitiendo un mercado abierto de venta de energía.
Los análisis predictivos ayudarán a los distribuidores a gestionar la producción de energía y entregar un servicio más asequible al mercado.
La disponibilidad de información en tiempo real incrementará la transparencia en el sector energético.
Permitirá ofrecer recomendaciones para ahorrar energía y otros servicios de valor añadido.
Obviamente hay cuestiones de privacidad que tendrán que regularse para proteger a los usuarios. Para ello es imprescindible que se abra un debate público lo antes posible que permita actuar de forma proactiva para preparar el marco regulatorio ante esta ola que se presenta imparable.
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